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Para poder transformar costumbres que no te benefician, romper rutinas mentales que te cansan y crear una nueva manera de verte, necesitas una intención clara y un objetivo definido.
Suele ocurrir que al iniciar el proceso de cambio la persona dice:
«SI, CLARO QUE QUIERO, he pedido tus servicios para cambiar».
Pero a medida que pasa el tiempo y hay que mantener el foco de atención en un objetivo, todo se desvanece.
¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
Como dice «Gabinete Caligari»: La culpa fue del cha-cha-chá…
La culpa no es de nadie en particular.
Es difícil cambiar sin habértelo propuesto en serio. Las decisiones que se toman a la ligera, sin pensar en la fuerza de voluntad o en el enfoque mental que se necesita no suelen llevar a buen puerto.
Por este motivo, hay que llegar a un acuerdo en el límite de sesiones para gestionar tu avance e ir superando las metas a alcanzar.
Con una nueva actitud, observando tu mente y responsabilizándote sobre lo que te sucede, puedes conseguir que el proceso de pensar y conducirte hacia tu objetivo sea un continuo autoconocimiento.
Conseguir:
- Más equilibrio en tu organismo.
- Que tu cuerpo y mente estén fuertes.
- Dirigir tus emociones.
¡Es posible!
Solo tú, puedes decidir lo que va con tu personalidad y aclarar tus valores para encontrar tu autenticidad.
Cuando lo consigas, te sentirás conectado a tu fuerza y lograrás aquello que te propongas. El día a día será una aventura llena de «coincidencias y sincronicidad» para seguir aprendiendo sobre la vida.
Porque cuando lo que sientes, piensas, dices y haces está en sincronía, tus posibilidades son infinitas.
¿Qué valores dirigen tu vida?
Los valores que dirigen tu vida deben aportarte bienestar.
Si te sientes bien físicamente porque tu alimentación es sana y equilibrada.
Practicas ejercicio, senderismo, clases de yoga, baile de salón…
Tu mente elige el «vaso lleno» y en positivo.
Tu espíritu está en paz y disfrutas de la belleza de la vida.
Los niños ven en ti a un referente, del cual pueden aprender e incluso imitar. Seguirán tu ejemplo porque a ti te sirve.
Responsabilidad
Tu cuerpo te envía mensajes en forma de síntomas, que son tu guía interna para darte cuenta de lo que debes modificar.
Eres quién siente esos estados de alerta y solo tú puedes variar hábitos de postura, de alimentación o mentales para curarte.
Se necesita una transformación
Para que los niños quieran avanzar, evolucionar y cambiar lo que no funciona, no pueden imitar patrones de conducta basadas en el miedo y en creencias que han limitado a los adultos de ahora.
Enseñarles a prevenir y curarse con métodos naturales aplicando plantas medicinales, masaje, alimentos y técnicas, es un legado que les aportará bienestar y podrán aplicar siempre que lo necesiten.